lunes, 20 de junio de 2016

Un buen dia para morir.


Ayer vi una llama de fuego intensa en la ciudad que no acabo de conocer, es azotada por el invierno y aunque intente apagarla ella se mantiene intensa.

Intensa como la maldad que azota los corazones de mucha gente que recurrió a dicha maldad con el objetivo de buscar venganza dulce y mera venganza de aquellos que un día retorcieron su voluntad aprovechándose de las buenas intensiones, de los lazos de amistad, de lo importancia de servir y de todo ello que ya no se acuerda con palabras.


Cuando se busca una respuesta y esta no es encontrada, su pregunta se torna enfermiza y se vuelve irónica, mil acciones buenas no van a cubrir una mala, es como la naranja podrida, si no la sacas del grupo, puede pudrir el resto. Seguramente la que fue olvidada ahora pudre cada cosa buena para que un día sea reconocida, es la lección y del dolor aprender para no volver a cometer.
Mis ojos interpretaron ese fuego intenso como el nivel de maldad que azota los corazones lastimados.
El equilibrio es falso, la herida esta abierta, expuesta a quien intente pararla sera tragado y convertido en el elemento mas fuerte que seguirá dando intensidad.

Es un ciclo malo en la existencia, no debería existir, pero existe y ahora es reconocida, se reconoce porque duele y lastima.

Seguramente un día parara y deberíamos sentir vergüenza, pero si no la usas, te usara, es tan necesario como mentir, no lo juzgues. Seguramente ahora no la sientes ni la necesitas; un día lo harás.
Esta apunto de explotar en la cara de quien ha lastimado y sera feliz cuando deje una herida.
No todo es malo en el camino, la venganza no solo deja dolor, hoy para quien lo lee y lo entiende dejara una lección o quizá solo deje una diferente a quien la escribe.
Bienvenidos al ciclo de la vida.

No hay perdedores ni ganadores. Todos sufren a su manera.
Hoy es un buen día para matar, yo ya he matado la mía.

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